La fiscal de Tacuarembó, Paula Pereyra, dio detalles de la investigación en torno al residencial "Los Murales" en el que vivían entre adultos mayores, pacientes con patologías psiquiátricas y con consumo de drogas, de entre 18 y 65 años, en Rincón de Tranqueras, y que fue clausurado definitivamente por condiciones inhumanas. Por este caso, trece personas fueron condenadas.
Residencial clausurado no tenía servicio médico ni de enfermería y era la dueña la que medicaba a los pacientes 6w5024
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El hogar "Los Murales" no tenía director técnico. En un allanamiento, se encontraron historias clínicas incompletas y medicación sin identificación. La mayoría de los internados no tenía familia. 92n6y
Pereyra indicó que de la investigación surge que el residencial no contaba con director técnico ni tampoco tenía atención médica ni servicio de emergencia móvil. "Fue uno de los puntos que no solamente se tomaron en cuenta en esta investigación, sino además uno de los principales puntos que el propio Ministerio de Salud Pública estuvo observando a los titulares de este hogar durante los últimos seis años", afirmó. "Lo único que había era una policlínica cercana con una doctora que lo único que hacía era revisar a las víctimas cuando tenían fiebre o gripe, cuando los titulares del hogar los llevaban", agregó.
En un allanamiento, encontraron las historias clínicas incompletas y medicación sin identificación. La fiscal aseguró que "el hogar no siempre estuvo en las mismas condiciones", según surge del expediente istrativo. En un momento, pacientes fueron derivados al hogar por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y le brindó canastas a modo de colaboración, hasta que luego de una serie de inspecciones constató que las condiciones habían cambiado y no dispuso más ingresos.
Cinco condenados por caso de residencial clausurado en Tacuarembó: son empleados y exempleados del lugar 324i3s
Pereyra sostuvo que de las 46 personas que se detectaron internadas en el segundo allanamiento, la mayoría no tenía familia y los que sí tenían no estaban en conocimiento de la situación del hogar, según declararon en la Fiscalía. "La Fiscalía no cuenta con ningún tipo de evidencia para imputar a ningún familiar", afirmó.
De las declaraciones de los empleados y de la evidencia recolectada en los celulares, surge que la dueña del hogar medicaba a los pacientes, armaba ella los pastilleros y les daba inyectables.
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